Retomo la novela que inicié en Lisboa. Entre líneas decido escribir una carta a su protagonista, el que fuera uno de mis mejores amigos, el entonces Chico Bolsillo.
Mi querido Chico bolsillo,
Qué lejos quedó todo y tú mismo que lejos ya. No sé quién eres ni cómo te fue, Chico bolsillo. Pero fue hermoso conocerte, fuiste tan amigo. De entre todos los momentos, recupero la noche que nos contamos tanto en aquel bar de futbolín y terraza que hacía esquina. Fue hermoso conocerte y que me fueras parte. Eso ha de quedarse en mí, aunque ya no existas. Y no pueda recuperarte. Gracias a pesar de todo. Mi libro tendrá tu nombre, aunque ya no seas tú ni seas bolsillo.
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