Hablamos con un escritor de su
proyecto, un libro maravilloso en el centro del conjunto de Venn
entre la biografia, la historia, el relato. La voz en primera persona
y el narrador, al que yo llamo implicado, que no es omnisciente, pero
sabe mucho; narra en tercera persona, y se le ve el plumero, se le
nota cariño por la protagonista.
El centro de ese diagrama es estar en
tierra de nadie, en la tierra de nadie en la que todo es posible
porque lo creamos a medida; lo que ocurre en este tipo de tierra es
la libertad, la bella y a veces dura libertad, no hay referentes
donde mirarte y la incertidumbre está servida, el camino lo
construyes tú y la brújula que determina si vas bien es la
intuición, así que hay que afinarla. Y ser prudente a la hora de
compartir los pasos, que las voces ajenas rompen a veces la delicada
placenta en la que se gestan las ideas y los deseos.
Me gusta cuando Lynch habla de la chispa del pensamiento, “una idea es un pensamiento. Es un pensamiento que abarca más de lo que crees cuando se te ocurre. Pero en ese instante inicial salta una chispa.” o Gioconda Belli: ”Siento que me voy alejando, que voy saliéndome poco a poco de esta realidad de las mañanas y las tardes y voy entrando a un mundo que estoy construyéndome con mis deseos y mis ansiedades y todas las cosas reprimidas que empiezan a querer salírseme y que me empujan...”.
Y otros tantos que son los referentes de los areferenciados.
No nos marcan el qué, pero sí el
cómo, los amados pioneros, los disidentes, los benditos y benditas
raras que nos allanaron el camino.
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