Si me acompañas

Ahora estoy leyendo La Divina Comedia, ya sabes, de Dante Alighieri, si te apetece, me acompañas.

lunes, 18 de mayo de 2020

Soltar la mano

Soltar la mano consiste en escribir antes de escribir.
Hay quien sigue un diario. Un blog. Una cuenta de Instagram. Así se suelta la mano con la excusa de contar una foto o una publicación. Yo que soy proactiva e indecisa, hago las tres cosas y alguna más cuando se me ocurre.
Soltar la mano, como soltarse el pelo o el cuello, todo es lo mismo. Atreverse a contar sin filtro, sin propósito, sin inhibición. Y también sin “que dirán”. Sin juicio.
Siempre que hay un sin hay un con.
Así que, soltar la mano con juego, con toda las teclas, con todas las ganas. Con el corazón y también con el intestino, que dicen que es el que siente.
Y a mí esto me recuerda un día conversando con una monja que me giró el “ojos que no ven, corazón que no siente” a “ojos que ven, corazón que siente”.
Pues va de eso, claro, que a más ver más sientes.
Más miedo, más sensibilidad, más estómago encogido.
Y como siempre que hay un “sin”, hay un “con”.
Más luz, más amor, más vida.

Me gusta la gente que gira las frases, que gira la vida y la manera de mirar.
Me gusta que para vivir haya que atreverse.



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