Me gustaba
tanto aquel chico.
Habíamos quedado para ir al cine.
Pensé que
moriría porque cuando estaba con él, me costaba respirar.
Aquella misma noche moriría de asfixia de amor.
Pero valdría la pena.
No morí.
Y
ahora respiro algo mejor.
Del chico sé
que le fueron bien las cosas.
Del cine, pasé hoy por delante, es
ahora la tienda de viajes más grande del mundo.
Me gusta que
aquel cine siga siendo un lugar de sueños y de aire.
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