Conocí a Younes el año pasado, en La Coma, Valencia, un
barrio donde la vida no es fácil.
Compartí con él y otros tantos 15 días del
mes de julio.
Younes no sabía nadar, le tenía miedo al agua. Acabó tirándose de
cabeza sólo por saber que alguien le recogería, que no iba a ahogarse, por
saber que podía confiar. Sólo eso. Salía desconcertado, escupiendo el exceso de
agua que tragaba cada vez y sonriendo, también cada vez, por la hazaña.
Younes tiene 8 años y los ojos verdes más increíbles que he
visto nunca.
El domingo fui a ver Lo
que el día debe a la noche, pensábamos que era una película ligera de chico-encuentra-a-chica y acabó siendo un drama de 3 horas sobre la guerra de Argel, la amistad,
la pérdida, el orgullo, las promesas, el amor y la muerte. Mejor.
El protagonista se llamaba Younes y tenía los ojos verdes.
Sólo eso.
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