Lunes y casi

Lunes extraño de casi nieve, casi tristeza, casi vida. Hoy ha sido un día de casis. No he acabado de vivirlo y ya se ha ido. No me gustan los días así. Me gustan los días plenos, aún los malos, los prefiero que este pasar superficialmente por las cosas. Es cierto que un mensaje de un amigo preguntándome cómo estoy, un abrazo, la ilusión y el buen humor de otros que se contagia, algunos recuerdos, una planta que alguien ha dejado junto a mi portal y una par de buenas conversaciones parece que lo han arreglado un poco. Siempre hay personas que solucionan los días grises, que me hacen sentir bien, arropada... sí, querida. Siempre son las personas y nada más que ellas las que me devuelven a la vida y al querer vivirla, que espantan los miedos y la apatía.
Por R y su valentía; por J y su manera de contar las cosas desde la generosidad; por R y su timidez; por A y su forma de ser; por M y su honestidad; por A que pasa un momento difícil de desconcierto; por G y sus palabras de amigo; por E y su alegría; por J y su manera de decirsindecir; por J que siempre es un oasis cuando la encuentro por los pasillos; por C que está en la luna la mayor parte del tiempo; por W y su sonrisa; por R. Por M que estuvo en Lisboa y se acordó de cuando estuvimos juntas allí. Gracias pues por las personas que sin saberlo son luz en los días grises. Ojala leyeran esto y se reconocieran, ojala.