La diferencia entre un óbstaculo y un reto es sólo la actitud.
Lo aprendí esta semana cuando I., sin saber que iba a ser tan importante para mí, dejó caer la palabra reto en medio de la conversación en la que yo me quejaba, rendida ya, de una situación presente entonces (hace tan sólo tres días).
Y pienso sino será ese misma sensación de reto la que siente E.
O la que ha atrevido a E. y S.
La que hace que, a pesar de que el viento no sople siempre a favor, siga remando A.
La que le permite a P. bailar por la calle con su gorra de cazador de renos.
La que hace de C. una persona valiente que sonríe.
La que hace que P. me acompañe en este viaje.
He escrito la palabra RETO con la tiza verde en la pizarra de la cocina para no olvidarme de lo que significa, para conseguir fuerzas cuando han desaparecido y una siente que se parece poco a la que giraba la tortilla cada dos meses o cuando la ocasión lo merecía.
Reto, me quedo la palabra como regalo de cumpleños.
Siempre me acuerdo, aunque no la felicito, que el día 3 de diciembre es el cumpleaños de Mónica Font, la que cambio mi actitud en un lejano curso de cuarto de EGB.
No fue la sensación de reto, fue el fresquibiris. :) Muy bonito artículo. P.
ResponderEliminar