
Coetzee dice "Henry James muestra cómo situarse por encima de la mera nacionalidad. De hecho, no siempre queda claro el escenario en que transcurren sus obras, si es Londres, París o Nueva York, hasta tal punto James está supremamente por encima de los aspectos prácticos de la vida cotidiana. La gente de las obras de James no tiene que pagar el alquiler; desde luego, no tiene que aferrarse a un trabajo; lo único que se les exige es que mantengan conversaciones supersutiles que desencadenarán minúsculos trasvases de poder, cambios tan mínimos como invisibles para todos excepto para el ojo experimentado. Cuando ha tenido lugar un número suficiente de tales cambios, se revela que el equilibrio de poder entre los personaes de la historia (Voilà!) ha cambiado de modo repentino e irreversible. Eso es todo: la historia ha cumplido su misión y puede terminar."
En el metro fue como entre en La muerte del león, de malas maneras. No debería hacerse eso de empezar un libro en el metro, sino en casa y cuando una le ha tomado el pulso al autor y al tono puede leerlo ya donde le de la gana.
Releí las primeras páginas que me expulsaban y, al fin, me adentré en la historia de James. Ahora, en el capítulo 5 estoy en ese momento en que se da el cambio de poder entre los personajes. Coetzee lo explica muy bien. Y espero atenta el Voilà!.
Busco en la estantería La imaginación literaria donde James hace de crítico y se pasea, no siempre amable, por autores como Ibsen, Balzac, Stevenson,Whitman...
Por cierto, que releyendo lo que dice de este último "Al señor Whitman le gusta mucho tocar su propia trompeta y..." descubro que la frase hecha se tradujo literalmete al español. Pero ¿hubiera quedado mejor "El señor Whitman no tiene abuela"? No sé yo.
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