Me lo regaló M.

Empiezo Habla, memoria de Nabokov. De él sólo había leído sus cursos de literatura. Me está gustando mucho su manera de narrar con tanta naturalidad y detalle sus recuerdos. Y quiero leerlo todo de él. Pienso en la importancia de los detalles. ¡Acariciad los detalles! ¡Los divinos detalles! Realmente son los que construyen la historia, los que la hacen personal, identificable. Es curioso que cuanto más concretos son los detalles, cuanto más minuciosamente narramos, más universal se vuelve lo contado. O, al menos, eso me parece.

"El verdadero propósito de una autobiografía debería ser el de ir siguiendo estas tramas temáticas a lo largo de la propia vida". Dice a propósito de unas anécdotas sobre el general Kuropatkin y unas cerillas.

Cuando Nabokov dice "estas tramas temáticas" se refiere a detalles que se repiten a lo largo de la vida. Que toman formas y dan sentido y acaban por significar algo que sólo es posible leer uniendo esas tramas, como quien une puntos para crear un dibujo.

Relaciones mentales íntimas creadas a partir de estímulos reales externos.
Ver
Oír
Oler X me lleva siempre a Z.

Hace ya muchos años una canción me evocaba una escena de mi vida que, en aquel entonces, podía describir hasta el último detalle, recordaba bien desde los protagonistas hasta los olores y, sobre todo, las sensaciones. Cuando conté eso a G. la canción empezó a pertenecerle y los recuerdos cambiaron de lugar, de color y de protagonistas. Pasado el tiempo, G. me explicó que cuando oía esa canción se acordaba de mí y de mi historia.
Ahora, cuando suena esa música no puedo evitar que se cree una historia en mi cabeza formada por más de un recuerdo y una sola línea que los une. Tal vez se quede en estos dos o tres puntos de unión o puede que algún día la trama despierte.

No escribo el título
de la canción
a riesgo de
que forméis parte de la trama
involuntariamente.