
El Chico Bolsillo tiene una edad incierta que pasea entre la eterna adolescencia, el miedo al paso del tiempo, la incertidumbre del que no sabe qué quiere y el que empieza a saber que nada dura siempre.
De él puedo decir mucho, pero prefiero que sea la historia la que lo explique. Porque aunque, en este relato que ahora estoy escribiendo, hay muchos personajes, todos ellos importantísimos, el Chico Bolsillo es el protagonista. ¿Por qué? Porque es tierno, laberíntico y grisnaranja como la ciudad de Lisboa. Ciudad en la que ocurre esta , espero, bonita historia de ¿melancolía? ¿desamor? ¿loquefue? ¿amistad? ¿Lisboa? ¿calles que suben? ¿buscadores de emociones?
Aún no lo sé, aunque tengo el presentimiento que de todo eso a la vez.
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